
La Gran Burbuja de la IA: Cuando la Tecnología Promete el Cielo y Entrega... Bueno, Ya Veremos
Bueno el futuro ya está aquí, los coches aun no vuelan (gracias a dios, por que si ya nos ostiamos en 2d en 3d no quiero ni pensarlo).

No se paran de oír cosas como que si la IA va a revolucionar tu negocio, las cosas se van a hacer solas y cuando llegues a casa vas a tener la casa limpia y la cena lista y calentita.
El discurso es siempre el mismo: eficiencia máxima, precisión quirúrgica y resultados instantáneos. Suena increíble, ¿verdad?
intentas llevar todas estas maravillas tecnológicas al mundo real —ese donde tienes clientes de carne y hueso, facturas que pagar y un montón de gestiones diarias— todo se desmorona como castillo de naipes.
La Cruda Realidad: Cuando la IA Se Encuentra con Tu Negocio Real
Los sistemas se rompen como promesas de año nuevo. Los chatbots responden con la coherencia de alguien que acaba de despertar de una siesta de tres días. Y lo peor: en lugar de liberarte, la tecnología te encadena a un ciclo infinito de ajustes, parches y "a ver si ahora sí funciona".
¿Te suena familiar?
Yo lo veo clarísimo: estamos en medio de una burbuja de la IA.

Es como aquella época de las criptomonedas, el metaverso o los cursos milagro que te prometen ser millonario desde tu sofá. Mucha gente vendiendo humo, poquísima construyendo soluciones reales que realmente funcionen.
Nuestra Decisión: Ir Poco a Poco (Y No Morir en el Intento)
En mi empresa hemos decidido algo radical: ir despacio. Sí, has leído bien. Despacio. Como esas tortugas sabias que terminan ganando la carrera.
Probar, medir, fallar y volver a intentarlo. Una y otra vez.
¿Por qué? Porque la tecnología solo tiene sentido si mejora tu vida real. Si te complica más de lo que te ayuda, es basura cara con luces de neón.
La IA SÍ Cambiará el Mundo... Pero Con Paciencia
No me malinterpretes. La inteligencia artificial va a cambiar el mundo. De eso no hay duda.
Pero solo si nos enfocamos en crear soluciones que realmente funcionen, que estén bien integradas con nuestros procesos y que resuelvan problemas reales. No herramientas bonitas que quedan genial en una presentación de PowerPoint pero que en el día a día son más frustrantes que útiles.
El Problema de Vender Humo Digital
Hay empresas que simplemente han aprovechado la ola para "ofrecer" soluciones digitales implementando IA, y en el proceso se han dado cuenta de que no necesitaban la inteligencia artificial como tal. Solo necesitaban digitalizarse, automatizar trámites repetitivos y organizarse mejor.


Y ojo, que no hay nada de malo en eso.
Pero llamemos las cosas por su nombre. Si lo que hiciste fue digitalizar tu negocio y poner orden en tu caos administrativo, perfecto. Pero no vendas eso como "revolución con IA" porque no lo es.
Mi Conclusión (La Que Nadie Quiere Escuchar en las Conferencias Tech)
Estamos viviendo un momento de euforia tecnológica donde todo el mundo quiere subirse al tren de la IA antes de que se vaya. El problema es que muchos están comprando billetes para un tren que aún no ha salido de la estación.
La verdadero revolución no vendrá de la mano de quien más rápido adopte todas las herramientas nuevas, sino de quien sea más inteligente probándolas, midiéndolas e implementándolas solo cuando realmente aporten valor.
Menos PowerPoints con gráficos de cohetes despegando y más trabajo real viendo qué funciona y qué no.

Porque al final, la mejor tecnología no es la más avanzada ni la más cara. Es la que resuelve tu problema concreto sin crearte diez problemas nuevos.
Y si para eso necesitas ir despacio, probando paso a paso, pues adelante. Que las tortugas también llegan a la meta. Y muchas veces, llegan mejor.